martes, 20 de abril de 2010

Dejando atrás el terror de la Guerra Fría

Barack Obama es un personaje que marca un antes y después en la historia. Es el primer hombre de raza negra en ocupar el sillón presidencial en la Casa Blanca. Pero está no es la hazaña que se resaltará en este artículo, sino más bien el cumplimiento de una de sus promesas electorales.

“Yes we can” ha sido la frase que representa a Obama, aquel “sí podemos” que empujó a la gente a creer que se es capaz de lograr actos que antes parecían un sueño lejano. Una de esas quimeras fue quizás que la tierra del Tío Sam llegase a realmente a ser un modelo de Seguridad Nacional.

Barack Obama y el presidente ruso Dmitri Medvédev acordaron, a principios de Abril, reducir el número de armas nucleares de ambos países. Este es tan sólo el primer paso en la política exterior de Obama, la cual busca mejorar la seguridad de su nación.

Cabe recordar que los conflictos entre Estados Unidos y Rusia se dieron durante la Guerra Fría (1945-1989), quienes representaban en ese entonces las dos grandes potencias mundiales. Aunque nunca hubo un enfrentamiento directo entre EE.UU. y la URSS, estas potencias manejaban los conflictos internacionales de aquellos países aliados a sus ideologías.

Es en esta época que se da una carrera armamentista caracterizada por la búsqueda del perfeccionamiento del arma de destrucción masiva más poderosa de esa época, la bomba nuclear. Debido a la competencia entre la URSS y EEUU para perfeccionar esta arma, se da origen a la Bomba de Hidrógeno, capaz de llegar a un nivel de calor igual a la del sol en su zona central; y la Bomba de Neutrones que aunque tiene menor potencia que las otras bombas, puede causar una onda expansiva de radiación capaz de contaminar y matar a todo ser viviente en un lapso de 48 horas.

Con esta capacidad destructiva no era de extrañar que se generara una sensación de inseguridad en las personas. Esta inseguridad se vio reforzada con la posición de Estados Unidos de emplear una represalia masiva en caso de agresión por parte de sus enemigos.

Pero con el acuerdo que se da actualmente se lograría no sólo al desarme nuclear de estos dos países sino también la culminación del conflicto con Afganistán. Esto se debe a que Rusia se volvería en un aliado poderoso para Estados Unidos para servir de modelo a otros países para continuar con el desarme nuclear a nivel mundial.

Sólo cabe esperar que las grandes instancias legales de ambos países, Duma para Rusia y el Senado para EE.UU, ratifiquen este acuerdo y no coloquen traba alguna para el desarme nuclear. Esperamos que las palabras de Obama se hagan realidad, que la época en que los países se veían como enemigos llegue realmente a su final.

Gabriela Patrón

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