martes, 22 de junio de 2010

Sobre la libertad sexual…

Dentro de nuestra sociedad peruana, una sociedad obviamente machista, se pueden observar tres factores que fortalecen la actitud patriarcal en relación a la libertad sexual.

En primer lugar nos encontramos nosotros: los varones. Nosotros en nuestra mayoría asumimos el patriarcado conscientemente y actuamos tratando de conseguir el mayor numerador posible “el que tiene más flacas es el que manda dentro del círculo”. De esta manera, asumimos una libertad sexual en donde predomina nuestro instinto de cazadores de la noche y asumimos que son las mujeres las que caerán bajo nuestras filosas garras, partiendo de que ellas son las débiles y “expuestas” a sucumbir bajo nuestras tentaciones, y sobre todo sin tener en cuenta para nosotros que es tener enamorada. ¿Por qué? Porque nosotros sí podemos caer en la provocación, porque nosotros no podemos dejar que nuestros amigos nos “jodan” de pisados y sobre todo porque debemos seguir con nuestra tendencia a tener el mayor sexo promiscuo posible, siendo esto valorado y permitido entre comillas por el modo de deliberar de nuestra sociedad.

En segundo lugar encontramos a las mismas mujeres. Ellas también colaboran a conformar el dominio sexual masculino, pues muchas de ellas se critican a sí mismas dentro de discotecas, calles, universidades, etc. En lugares públicos como privados hablan y se tildan unas a otras de “liberales” y, ante todo, juzgan a las más “fáciles” que agarran con la primera que ven y se sienten atraídas, pues para muchas el solo hecho de actuar, según algunas, como varones concibe que las observen perversamente y sean estigmatizadas que agarra con cualquiera.

Pero acaso, ¿Eso la hace una mujer fácil? ¿Acaso no están haciendo uso de su libertad sexual?

Y en tercer y último lugar encontramos la propia vestimenta de las mujeres. El solo hecho de usar vestimentas muy reveladoras y la manera de maquillarse por parte de algunas mujeres parten del mismo hecho de llamar la atención de nosotros, los varones. Un hecho que puede darnos una mal interpretación por parte de algunas de ellas, sabiendo que si son intencionadas trayendo en consecuencia otros pormenores, que no son justificables, pero que son producto de esas provocaciones. Ciertas provocaciones que salen a flote por el sólo vestirse de esa manera que según creo yo no es nada cómoda para ellas, sino por el contrario, y lo hacen sabiendo que las miran e inconscientemente permitiendo ser objetos sexuales bajo nuestro punto de vista, y de nuevo haciendo predominar un patriarcado.

En conclusión, dentro de la sociedad peruana hay un mal uso de esta libertad sexual que tanto se menciona por los mismos hechos discriminatorios y prejuicios, y que caen por antecedentes machistas y el mismo hecho de que muchas mujeres “les gusta calentar los…”. Y aunque esto no sea justificable, es así. Tanto varones y mujeres estamos llenos de prejuicios y permitimos que sigan existiendo haciendo de ello un uso de libertad sexual malintencionado, y que predomine el instinto sexual masculino.



Raúl Castillo

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