miércoles, 23 de junio de 2010

¿Mujer y libertad sexual? Ja….

Because women's work is never done and is underpaid or unpaid or boring or repetitious and we're the first to get fired and what we look like is more important than what we do and if we get raped it's our fault and if we get beaten we must have provoked it and if we raise our voices we're nagging bitches and if we enjoy sex we're nymphos and if we don't we're frigid and if we love women it's because we can't get a "real" man and if we ask our doctor too many questions we're neurotic and/or pushy and if we expect childcare we're selfish and if we stand up for our rights we're aggressive and "unfeminine" and if we don't we're typical weak females and if we want to get married we're out to trap a man and if we don't we're unnatural and because we still can't get an adequate safe contraceptive but men can walk on the moon and if we can't cope or don't want a pregnancy we're made to feel guilty about abortion and...for lots of other reasons we are part of the women's liberation movement.

Anónimo, en The Torch, 14 de Septiembre 1987


Las diferencias entre hombres y mujeres, el hombre público y exitoso que gana bien y con ello es completamente independiente. La mujer pública es sinónimo de prostitución y sometimiento.

Podríamos citar infinidad de frases como estas, aún ahora en que supuestamente vivimos en una época en que hay igualdad de oportunidades y de géneros. Asumiré, no obstante, que todos nosotros somos lo suficientemente capaces de reconocer que el afirmar que estas diferencias han desaparecido, es ponerse una máscara hipócrita mientras que en el fondo se siguen aceptando las injusticias por la comodidad que estas proveen a determinados grupos.

La pregunta es, ¿cómo cambiar esta situación cuando el mismo presidente hace declaraciones que reafirman los postulados machistas de una sociedad tan conservadora e hipócrita como la limeña? Según Alan y muchas otras figuras públicas, Stephany Flores no debió irse con un hombre desconocido, dejándose llevar por la calentura del momento. Es decir, en pocas palabras, buscó el peligro y lo encontró.

Hablar del caso Flores-Van der Sloot y encontrar como responsable de lo sucedido a la víctima, simplemente evidencia lo incoherente de la modernidad peruana y lo lejos que está la sociedad de aceptar la libertad sexual femenina como una situación igualmente válida que la libertad sexual del hombre.

Estoy segura de que a más de una le dijeron alguna vez que debía llegar virgen al matrimonio, que la masturbación era un pecado o que el sexo era sucio y, por ende, interesarse en él era cuestión de pervertidos o mañosos, es decir de hombres. Nunca de señoritas, porque una señorita no va por ahí pensando en sexo. Y la respuesta a todo esto debió ser, ¿estás segura? Pero pongámonos en el lugar de la abuelita que intentó inculcarnos sus valores, ya que, de estar en su posición, probablemente también nosotras habríamos pensado lo mismo.

La libertad sexual es entendida de diversas maneras. Para personas de nuestra época puede significar el tener sexo con quien uno quiera y sin necesidad de una relación. Para otros será la posibilidad de tener una opción sexual diferente. Y para algunas mujeres, como nuestras abuelas tal vez, la libertad sexual será la posibilidad de negarse a tener sexo.

Un amigo me dijo hace mucho tiempo ya, que los hombres dan amor para tener sexo y las mujeres dan sexo para tener amor; y que por otro lado, cuando el hombre le paga a la mujer por sexo, en realidad le paga para que se vaya. Lamentablemente, la “sabiduría” de mi pobre amigo, es bastante común y en algunos casos tristemente cierta. Así como aquella que dice que fácil es la palabra para definir a una mujer con la moral sexual de un hombre. Por favor.

Claudia Lobatón

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