miércoles, 23 de junio de 2010

Quedarse o partir
(falencias y beneficios de la descentralización para la construcción de un estado moderno y democrático)


Existen opiniones encontradas acerca de las razones por las cuales permanecer en el Perú o partir fuera . En el mes de mayo del 2010, Ipsos apoyo elaboró una encuesta para el Comercio acerca de las pretensiones de los peruanos de migrar fuera del país. Los resultados fueron sorprendentes. A diferencias de años anteriores los resultados revelaron que un 52% de los habitantes de la ciudad capital no emigraría.
Entre los principales motivos figura la mejora económica reflejada en el crecimiento continuo y sostenido durante la primera década del siglo XXI y el reforzamiento de productos nacionales como la gastronomía y la música. Otro de los factores es el endurecimiento de las leyes migratorias, lo que da lugar a que más de uno prefiera no arriesgarse a salir del país", explicó el catedrático Carlos Aramburu a 'El Comercio.

A pesar de los resultados positivos de la encuesta, es pertinente resaltar que esta fue realizada tomando como muestra a la población limeña y por lo tanto, una vez más, caemos en el centralismo limeño.
Uno de los grandes medidas para combatir el reto de la centralización limeña fue el proceso de descentralización, iniciado en el gobierno de Alejandro Toledo y actualmente vigente. Si bien este proceso no ha estado en la mira de la opinión pública, dado a su lento proceso de transferencias de competencia a los gobiernos regionales, me parece pertinente preguntarnos acerca de la eficiencia de esta reforma, ya que estamos en la fase final del gobierno de Alan García.

En primer lugar, me parece importante aclarar el concepto de descentralización y los beneficios de este. Teóricamente hablamos que los beneficios de la descentralización son positivos, ya que permitiría, por un lado, que la oferta de políticas y servicios públicos refleje las preferencias locales, estaría en mejores condiciones de conocer y atender estas necesidades eficazmente y por consecuencia, mejoraría la participación comunitaria y el gobierno democrático.

Teóricamente esta reforma es atractiva y funciona como una alternativa de desarrollo. Sin embargo, posee ciertas falencias. Una es que muchos de los diversos gobiernos regionales de diversas provincias, no cuentan con los requisitos mínimos para la transferencia de competencias hacia estos. Ante esto, se reclamó que los requerimientos eran demasiado rígidos. Para agilizar el proceso, ahora se permite la transferencias a gobiernos que no cumplen con requisitos mínimos para asumir ciertas funciones a cambio de una capacitación muy generalizada.
Otra falencia, es que aún no existe una adecuada transferencia de recursos por parte de los ministerios hacia a los gobiernos regionales. Según el informe de la Defensoría del pueblo, los distintos sectores encuentran justificaciones para no transferir los recursos necesarios.

Como podemos observar, si bien el proceso de descentralización es un proceso complejo, que teóricamente permitiría acabar con el centralismo limeño e inclusión, no es la solución si es que en la práctica los gobiernos regionales no se encuentran capacitados para administrar adecuadamente los recursos transferidos. Asimismo, no basta con que las autoridades regionales tengan la certificación nominal de su responsabilidad nominal de políticas públicas, pero en la práctica no cuenten con las herramientas, recursos ni capacidades para conducir el desarrollo de regiones.

Cynthia lama

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