martes, 15 de junio de 2010

Debajo del puente...

La noche del martes los noticieros de la televisión daban cuenta de la caída del puente Las Lomas en el río Rímac. Este puente que uniría San Juan de Lurigancho con El Agustino fue iniciado hace dos años por la constructora Consorcio Futuro y estuvo paralizado hasta hace algunas semanas que reiniciaron las obras.

Los errores en este hecho son aplicables a todas las construcciones del Perú. La supervisión de las contrataciones y la ejecución de las obras evidentemente no se da con la rigurosidad mínima indispensable para evitar catástrofes del tipo. Consorcio Futuro no sólo no tenía experiencia en el tema, sino que, además, usó materiales baratos y supervisores de obra aparentemente ciegos.

Lo que sucede con las licitaciones es que se les entrega el 90% de lo presupuestado por ley; de esto, un buen porcentaje se va a todos los “colaboradores” que lograron que la licitación sea otorgada a cierta empresa y que la municipalidad o el gobierno se hagan de la vista gorda. Es así que con la mitad del presupuesto inicial se hacen obras con materiales baratos y en tiempos mayores. Consorcio Futuro logró ganar la licitación al 110% y sus integrantes son trabajadores de la Municipalidad de SJL y amigos del alcalde Burgos.

¡Qué nivel debían tener los ingenieros que hicieron ese puente¡. Se cuestiona si fueron a la universidad o sacaron el título en Azángaro, o si ni siquiera se dieron el trabajo de plagiar un título. ¿Dónde está el colegio de ingenieros y el de arquitectos?

Finalmente, la ciudadanía siempre pierde. En SJL no sólo les prometieron una solución al tráfico y a la seguridad, sino que les cobran impuestos más altos para financiar este fraude. Total, ¿qué importa si roban con tal que “hagan obra”? Esta frase es el puente para entender por qué se jodió el Perú.


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