martes, 15 de junio de 2010

Prioridades equivocadas

El 8 de junio Lima fue sede de la más reciente Asamblea General de la OEA. Como en el pasado, se tratarían los temas de actualidad concernientes a América Latina. Causa sorpresa que el problema central fue la preservación de la paz en la región cuando existen situaciones que podrían demandar más atención.

Cuestiones como la pobreza extrema y la falta de respeto a los derechos fundamentales de las personas fueron dejadas en segundo plano, a pesar de que es más urgente resolverlos que pensar en posibles conflictos futuros. Enfocarse en bajar los presupuestos militares y conversar sobre soluciones pacíficas de conflictos en lugar de los temas antes mencionados podría ser justificable si el continente estuviera a punto de iniciar una guerra.

Los problemas entre naciones existen hoy como siempre han existido. Es comprensible que haya preocupación entre los gobernantes sobre este asunto. Los continuos roces entre Perú y Chile y los más recientes entre Venezuela y sus vecinos deben ser tomados en cuenta. Sin embargo, dedicar 10 de los 12 puntos acordados en la declaración al tema de la tensión en Sudamérica y dejar los problemas sociales en los 2 puntos restantes es un exceso.

Alan García ha compartido con la población su intención de disminuir el presupuesto destinado a la compra de armamento y dirigir el dinero ahorrado a la resolución de los problemas internos que preocupan a la nación. Este deseo, sin embargo, no ha sido plasmado en el documento. Esperemos que prestar atención a las diferencias entre países no haga olvidar a los presidentes americanos que el 25% de la población de la región aún es pobre y que falta combatir el terrorismo, la inequidad, la corrupción, la exclusión social,…


Luciana Alva

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