miércoles, 5 de mayo de 2010

Intolerante, irresponsable e irreflexiva

Esas son las características que definen de la ley SB1070 de Arizona que fue promulgada el 23 de abril pasado por Jan Brewer, gobernadora de dicho estado. Esta ordenanza es una medida discriminatoria, ya que obliga a los empleados de la ley a hacer cumplir las leyes de inmigración federales. Esto quiere decir, que un agente policial, amparándose en lo que considere una “sospecha razonable”, debe detener a cualquier persona para verificar si es ilegal o no, basado simplemente en características culturales extranjeras. Esta ley busca separar de su estado a los inmigrantes indocumentados, en especial a los que pertenecen a la comunidad latina.

Lo cierto es que esta ley, podría estar violando la cuarta enmienda de la Constitución de EE.UU. “que prohíbe los registros y detenciones arbitrarias”. Por lo general, para que un oficial pueda detener a una persona debe contar con una causa probable o una orden judicial. Esta medida también va en contra de la catorceava enmienda, la cual dice que: “Requiere que los estados provean de una protección igualitaria ante la ley a todas las personas (no solo a los ciudadanos) dentro de sus jurisdicciones”. Más claro que agua de manantial no puede estar, no se puede crear ni tomar una medida que afecte a ninguna persona dentro de una jurisdicción. Por lo que el argumento de Brewer sobre la ley: “esta medida nos protege a todos”, queda completamente descartada.

La historia de EE.UU. está marcada por la inmigración, de hecho la riqueza de su cultura radica en esa mixtura de grupos sociales y étnicos. Esa mezcla de costumbres, prácticas religiosas e ideologías fue la base sobre la que se construyo esta nación. Querer salir ahora con leyes como ésta, que basa sus argumentos en la intolerancia, el repudio y hasta el odio de un grupo social es completamente anacrónico. Sí EE.UU. “es la superpotencia que es”, no es sólo por méritos del aparato gubernamental, sino primordialmente por todas las personas que han llegado de distintas partes del globo a lo largo de su historia. Personas que creyeron que en esta tierra, donde se enarbola la libertad, podrían realizar sus sueños. La medida resulta intransigente, ya que se trata de separar el aporte de capital humano y cultural, del aporte económico que gestó el crecimiento de esta nación.

Afortunadamente, distintos estados, a través de sus senados y otras organizaciones, han declarado su repudio contra esta ley antiinmigrante. Esperamos que el Gobierno de Barack Obama ejerza presión sobre esta medida discriminatoria.

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